III
círculos de cielo corren por tus venas ancestrales arrastrando laberintos desbocados en un sinfín de torrentes enmudecidos por la cadencia ocre de tus muslos de oxígeno pueril por el clamor de tu piel urdida con espigas de centeno por tus rizos de sangre surcada por veleros que recuerdan los estanques inmóviles de la niñez por jardines de plácida soledad enredados para siempre entre la carne de tu vestido
4 comentarios:
Excelente,`profundo, ingenioso.
Da gusto leerte. Un placer.
Cautivante.
Muy bueno.
Saludos,
J.N.Q.
Escribes muy bonito el paseo por aquí precioso, gracias por el, un saludo
Es lo primero que leo de ti, Enrique y me he quedado con la boca abierta, por la profundidad de tus letras.
Has dado a mi mente el suficiente alimento para que pueda volar e imaginar.
Besos y abrazos
Lu
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